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LOS ORÍGENES

El mar ha constituido la principal vía de comunicación hasta hace bien poco, es por ello que los primeros habitantes de Mallorca fueron pueblos del mar y, más concretamente del “Mare Nostrum”.

Los primeros asentamientos, datados en torno al 4.000 a.C., se situaban en las numerosas cuevas naturales de la costa mallorquina.

Posteriormente llegaron otros pobladores y habitaron el interior de la isla en construcciones de piedras ciclópeas denominadas “Talayots”, de los que más de mil están catalogados. Ya en tiempos históricos los pueblos de Asia Central comienzan a emigrar hacia el oeste y llegan tan lejos como les permite la navegación. Se suceden fenicios, griegos y cartagineses en sus idas y venidas negociando y comerciando por todo el Mediterráneo, hasta el año 123 a.C., en que llegan los romanos bajo el mando de Quinto Cecilio Metelo y fundan colonias en la isla. Pollentia en el norte y Palma en el sur fueron sus principales ciudades, y aún hoy podemos deleitarnos contemplando los restos que nos quedan de su civilización. Pero no tan sólo los pueblos orientales frecuentan las islas, también lo hicieron desde el norte de África en épocas de expansión. La dominación musulmana de la isla se prolongó desde el siglo X hasta el siglo XII, en que Mallorca fue conquistada por los cristianos. De ellos queda la construcción de las paredes secas formando bancales, las acequias, pozos y canaletas necesarios para el fomento de la agricultura. En 1229 el Rey Jaime I de Aragón, apodado “El Conquistador” entra en Medina Mayurqa y en pocos años, tras la caída de los casi inexpugnables castillos de Alaró, Santueri y del Rey, aún hoy en pie, se concluyó la conquista de la isla. Poco después se comienza la construcción de la Catedral, dedicada a Nuestra Señora por voluntad expresa del Rey. Su hijo Jaime II, primer Rey del Reino de Mallorca, manda construir palacios y residencias por doquier: adapta la Almudaina como palacio real, edifica el Castillo de Bellver, el de Sineu y el de Valldemossa. Son tiempos de esplendor para el Reino que, por desgracia, duran poco. Jaime III, sobrino del nieto del “Conquistador” murió en la batalla de Llucmajor y perdió la independencia de tan hermoso Reino en mitad del mar. Con la unidad de las Españas bajo la doble corona de los Reyes Católicos, Mallorca pasó a formar parte del reino español, siguiendo de lejos todos los avatares históricos correspondientes hasta nuestros días.

Con la instauración de la Democracia en la Nación, las Islas Baleares volvieron a ser una unidad territorial autónoma desde 1983, año en que se firma el Estatuto de Autonomía, contando con un gobierno autonómico y cada isla con un Consell Insular propio.